TEMA ESPECIAL: AYUNAR

 

Aunque en el Nuevo Testamento el ayuno no es obligatorio (no es un mandato), en su momento se consideraba apropiado para los discípulos de Jesús (Mateo 6:16-17; 9:15; Marcos 2:19; Lucas 5:35). La práctica correcta del ayuno está descrita en Isaías 58. Jesús mismo estableció el precedente (Mateo 4:2). La Iglesia primitiva ayunaba (Hechos 13:2-3; 14:23; 2da. de Corintios 6:5; 11:27). Son determinantes el por qué se ayuna y el cómo; ya que el cuándo, la duración  y la frecuencia son opcionales. El ayuno del Antiguo Testamento no es un requisito para los creyentes del Nuevo Testamento (Hechos 15:19-29). El ayunar no una demostración de espiritualidad personal (no es presunción); sino la forma de acercarse más a Dios para buscar Su dirección y Su ayuda espiritual (por ej. Jesús, Mt. 4:2). El ayuno puede ser espiritualmente algo bueno.

Las tendencias ascéticas de la Iglesia primitiva hicieron que los escribas insertaran el “ayunar” en los distintos textos (ejemplo, Mateo 17:21; Marcos 9:29; Hechos 10:30; 1ra. de Corintios 7:5). Para mayor información sobre el tema de estos dudosos pasajes consulte a Bruce Metzger en Un Comentario Textual del Griego del Nuevo Testamento, publicado por las Sociedades Bíblicas Unidas.

 

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