TEMA ESPECIAL: CONSCIENCIA (suneidēsis)

No existe una contraparte en el A.T. al término griego “consciencia” o “corazón” (ver el Tema Especial: Corazón). Implica un conocimiento de sí mismo y las motivaciones. Originalmente el término griego se refería al estar consciente en relación a los cinco sentidos. Llegó a ser usado para referirse a los sentidos internos (ver Ro. 2:15). Pablo usa este término dos veces durante los juicios que le hicieron en el Libro de Hechos (por ej., Hch.23:1; 24:16). Se refiere a su sentir de que él no había violado conscientemente ninguno de sus deberes religiosos para con Dios (ver 1 Co. 4:4).

La consciencia es el entendimiento desarrollado de los creyentes, de sus motivos y acciones, basado en:

1. Un entendimiento bíblico de la realidad del mundo en que vive

2. El Espíritu habitando en el creyente

3. Un estilo de vida basado en el conocimiento de la Palabra de Dios.

Una consciencia cristiana es posible gracias a que se recibe personalmente el mensaje del evangelio.

Pablo usa el término “consciencia” con frecuencia en las Cartas a los Corintios (ver 1 Co. 8:7,10,12; 10:25,27,28,29; 2 Co. 1:12; 4:2; 5:11). Se refiere al sentir moral interno que determina lo que es apropiado o inapropiado (ver Hechos 23:1). La conciencia puede ser afectada por nuestra vida pasada, nuestras malas decisiones, o por el Espíritu de Dios. La consciencia no es una guía inequívoca, pero sí determina los límites de la fe de un individuo. Por lo tanto, el violar la consciencia propia, aun si tiene errores o si es débil; es un problema grande de la fe.

La consciencia del creyente necesita ser transformada más y más por la Palabra de Dios y por el Espíritu de Dios (ver 1 Ti. 3:9). Dios juzgará a los creyentes (ver 2 Co. 5:10) a la luz que ellos tuvieron (es decir, ya sea fuerte o débil); pero todos necesitamos estar abiertos a la Biblia y al Espíritu para recibir más luz y así poder crecer diariamente en el conocimiento del Señor Jesucristo.