TEMA ESPECIAL: ANGELES Y DEMONIOS (espíritu inmundo)
1. Mesopotamia, caos y conflicto.
2. Egipto, orden y fusión
3. Canaán, (vea W.F. Albright, La Arqueología y la Religión de Israel, 5ta ed., páginas 67-92).
1. Se’im (sátiro o demonio peludo, BDB 972 III, KB 1341, véase Levítico 17:7, 2do. de Crónicas 11:15; Isaías 13:21: 34:14)
2. Lilith (nombre femenino, demonio seductor de la noche, BDB 539, KB 528, véase Isaías 34:14)
3. Mavet (término hebreo para la muerte, usado para referirse al dios cananeo del inframundo, Mot, BDB 560, KB 560; véase Isaías 28:15, 18: Jeremías 9:21; y posiblemente Deuteronomio 28:22)
4. Resheph (plaga, fuego o granizo, BDB 958; véase Deuteronomio 32:24: Salmos 78:48: Habacuc 3:5)
5. Dever (pestilencia, BDB 184; véase Salmo 91:5-6: Habacuc 3:5)
6. Az’azel (nombre desconocido, pero posiblemente sea el demonio del desierto o el nombre de algún lugar, BDB 736, KB 736, véase Levítico 16:8, 10, 26).
(Estos ejemplos fueron tomados de la Enciclopedia Judaica, Volumen 5, página1523).
Sin embargo, en el Antiguo Testamento no hay ningún dualismo o independencia angelical de YHWH. Satanás es un siervo de YHWH (Job 1-2: Zacarías 3), no enemigo independiente y autónomo (A.B. Davidson, Una Teología del Antiguo Testamento, páginas 300-306).
D. El Judaísmo se desarrolló durante el exilio babilónico (586-538 a.C.), y fue influenciado teológicamente por la personificación dualista persa del Zoroastrismo, donde existía un dios bueno y alto denominado Mazda u Ormazd, y su oponente malo llamado Ahriman.
Esto permitió que durante el Judaísmo postexílico surgiese un dualismo personificado en YHWH y sus ángeles versus Satanás y sus demonios. La teología del Judaísmo sobre la personificación del mal está bien explicada y documentada en Alfred Edersheim, La Vida en los tiempos de Jesús, el Mesías”, Volumen 2, apéndice XIII, páginas749-863, y XVI (páginas 770-776). El Judaísmo personifica el mal en tres formas:
1. Satanás o Samael
2. La inclinación o intención a la maldad que existe en el ser humano (yetzer hara)
3. El ángel de la muerte
Edersheim los caracteriza como: (1) el acusador, (2) el tentador y (3) el castigador (Volumen 2, página 756). Para explicar el mal, hay una marcada diferencia entra la teología del Judaísmo y la del Nuevo Testamento.
1. Espíritus inmundos (véase Lucas 4:36; 6:18) o
2. Espíritus malos (véase Lucas 7:21; 8:2) de los seres humanos. Claramente, Jesús distingue entre la enfermedad –física y mental- y lo endemoniado. Demostró su poder y conocimiento espiritual al reconocer y exorcizar a estos espíritus malos. Con frecuencia ellos le reconocía y trataban de dirigirse a Él, pero Jesús rechazaba su testimonio, les exigía silencio y los expulsaba. El exorcismo es una señal de la derrota del reino satánico. Hay una sorprendente falta de información en las Cartas Apostólicas en el Nuevo Testamento sobre este asunto. El exorcismo nunca se presenta como un don espiritual, ni tampoco hay una metodología o procedimiento dado a las generaciones futuras de ministros o creyentes.