TEMA ESPECIAL: EL ADOPCIONISMO (herejía temprana)

 

Este fue uno de los primeros puntos de vista con respecto a la divinidad de Jesús como todo Dios y también todo hombre (ver 1 Jn. 4:1-3). Básicamente afirmaba que Jesús había sido una persona normal en todos los aspectos, siendo “adoptado”, “concebido”, en un sentido especial por Dios a la hora del bautismo (ver Mt. 3:17; Mr. 1:11) o en Su resurrección (ver Romanos 1:4). Jesús vivió una vida tan ejemplar, que Dios en algún momento (bautismo, resurrección), [1] le adoptó como Su “Hijo” (ver Ro. 1:4; Fil. 2:9) o “concebido”, ver Sal. 2:7, mencionado en Heb. 1:5; 5:5, con referencia a Jesús. Esta fue una herejía en la iglesia primitiva y durante el siglo ocho. ¡En vez de Dios hacerse hombre (en la encarnación), la herejía cambia esto al revés y el hombre (Jesús) se transforma en Dios! Esto niega la pre-existencia de Jesús (ver Jn. 1:1-2; 8:56-59; 12:28; 17:5; 2 Co. 8:9; Fil. 2:6-7; Col. 1:17; Heb. 1:3; 10:5-8).

Es difícil explicar cómo, Jesús, Dios el Hijo, la Deidad pre-existente, fue galardonado o exaltado por una vida ejemplar. Si ya era Dios, ¿cómo es que fue galardonado? Si tenía gloria divina pre-existente (por ej. Jn. 1:1-2; Fil. 2:6), ¿cómo pudo ser honrado aún más? Aunque resulta difícil para nosotros comprenderlo, el Padre, de alguna forma, honró a Jesús en un sentido especial por el perfecto cumplimiento de Su voluntad.

 

 

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