TEMA ESPECIAL: EL LAGO DE FUEGO (de Ap. 19:20)
La frase “lago de fuego” es única en el libro de Apocalipsis, pero es sinónima al término Gehena (ver el Tema Especial: Dónde están los muertos), el cual Jesús usó frecuentemente para hablar del infierno.
Las referencias específicas del A.T. pueden ser las de Is. 30:23-33 y Da. 7:11. Existen tantos pasajes proféticos que conectan el juicio con el fuego o el ser quemados (ver el Tema Especial: El fuego). Este tema de un fuego eterno es desarrollado en el judaísmo apocalíptico (ver Enoc 27:1ss, 54:1ss, 56:3ss, 90:26; IV Esdras 7:36; Ap. de Baruc 59:10; 85:13 [lista tomada del libro Revelation por George E. Ladd, pág. 258]).
Esta frase es usada en Apocalipsis en 20:10,14; 21:8. Originalmente el lago de fuego fue un lugar preparado para Satanás y sus ángeles, pero los humanos que se rebelan contra Dios también serán asignados ahí como su última morada. Es el destino final para Satanás y es el resultado natural de la rebelión en contra de Dios. Es una forma permanente del abismo (ver, Mt. 25:46; Ap. 9:11; 11:7; 17:8; 20:1,3).
El libro de Apocalipsis intenta una y otra vez hacer que los humanos pecadores vengan a Dios a través de Cristo (ver Ap. 9:20,21; 14:6-7; 16:9; 22:17), pero ellos no lo harán. Por lo tanto, Dios apartará a los malvados endurecidos en un lugar separado, para así continuar con Su propósito original para la creación (es decir, el que fuera un lugar de compañerismo entre Dios y la humanidad, Su máxima creación hecha a Su imagen). El nuestro aun no es el mundo que Dios quería que fuera, ¡pero un día lo será!
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