TEMA ESPECIAL:             ¿Qué Significa “Recibir”, “Creer”, “Confesar/Profesar”, e “Invocar”?

            Como creyente evangélico la Gran Comisión del resucitado Señor en Mateo 28:18-20 tiene importancia prioritaria para mí. Mi evangelicalismo me ordena un encuentro personal con Dios a través de Cristo. Siempre me he preguntado lo que significa “hacer discípulos”. Usualmente aquellos grupos cristianos que enfatizan el tener un encuentro personal inicial hablan de:

1.      “recibir” – Jn. 1:12

2.      “creer” – Mr. 1:15; Jn. 3:16,18,36; 6:40; 11:25-26; Hch. 10:43

3.      “confesar”/”profesar” – Mt. 10:32; Lc. 12:8; Jn. 9:22; 12:42; 1 Ti. 6:12; 1 Jn. 2:23; 4:15

4.      “invocar” – Ro. 10:9-13

Pero la Gran Comisión dice “hacer discípulos” y “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. Las declaraciones de Jesús en cuanto a la puerta (que es el encuentro inicial) y un camino angosto (que es un estilo de vida que agrada a Dios) en Mt. 7:13-14; Lc. 13:24, me ha dado un concepto teológico clave: que la salvación es un proceso (ver el Tema Especial: Tiempos Verbales Griegos Para Salvación). Tiene un comienzo de “un encuentro” ¡pero no es claro en cuanto a cómo sucede! Ciertamente actúa la atracción del Espíritu (Jn. 6:44,65) a la vez que hay un sentir de pecado personal con una necesidad espiritual; combinado con una disposición de arrepentirse y creer (ver Mr. 1:15; Hch. 2:38; 3:16,19; 20:21; 26:20). Este encuentro inicial (momento revelador) debe manifestarse en una vida a semejanza de Cristo (ver Ro. 8:28-30; 2 Co. 3:18; Gá. 4:19; Ef. 1:4; 2:10; 4:13; 1 Ts. 3:13; 4:3; 5:23; 2 Ts. 2:13; Tit. 2:14; 1 Pe. 1:15).

¡La justificación y la santificación no pueden y no deben separarse! He llegado a creer que una salvación madura debe incluir:

1.      Arrepentimiento, tanto inicial como continuo (ver el Tema Especial: Arrepentimiento).

2.      Fe/confianza/creer, tanto inicial como continuo (ver el Tema Especial: Creer [sustantivo, verbo, adjetivo]) en el N.T.).

3.      Y perseverancia por toda la vida (ver el Tema Especial: Perseverancia).

De la manera en que lo aprecio, existen dos peligros:

1.      Uno es el énfasis exagerado en la salvación inicial que ve la salvación como un boleto al cielo al final de la vida; o como una póliza de seguro sin esperar que tenga relación a las decisiones del estilo de vida diario.

2.      Otro es el énfasis exagerado en el andar como un proceso donde la pregunta se convierte en: “¿acaso mis buenas obras tienen mayor peso que las malas?” (lo cual sería una justicia por obras).

La salvación es:

1.      Una Persona a quien hay que recibir (Jesús)

2.      Aceptar las verdades de esa Persona que hay que creer (la Biblia)

3.      Un estilo de vida a imitar semejante a esa Persona (vida cristiana)

La salvación es un regalo gratuito (Ro. 3:24; 6:23) de la gracia de Dios, de la obra terminada de Cristo, y del liderazgo del Espíritu. La vida cristiana es también un regalo de gracia que debe ser recibido diariamente. Este es el asunto teológico: ¿Cómo es que uno recibe, cree, invoca, confiesa o profesa? Por favor vea las siguientes notas en los Temas Especiales:

1.      Recibir – ver nota en Juan 1:12

2.      Creer – Tema Especial: Creer, Confiar, Fe y Fidelidad en el A.T.

3.      Confesar/profesar – Tema Especial: Confesión/Profesión

4.      Invocar – ver notas en Ro. 10:9-13

La salvación es una “puerta” (el encuentro personal inicial) y un camino (el diario vivir cristiano). ¡Estos no pueden ser ni separados ni invertidos en tiempo! El resultado normal de la salvación es:

1.      Un estilo de vida semejante a Cristo (ver Ro. 7:1; 8:28-30; 2 Co. 3:18; Gá. 4:19: Ef. 1:4; 2:10; 4:13; 1 Ts. 3:13; 4:3; 5:23; 2 Ts. 2:15; 1 Pe. 1:15).

2.      Servicio (ver Mt. 25:31-46)

El decir: “solo cree, únicamente cree” o “mejora”, “cambia”, son declaraciones inapropiadas.

Considero que la razón de este Tema Especial es mi conflicto con hacer evangelismo entre las poblaciones ortodoxas o católicas. Me encuentro con tantas personas quienes obviamente conocen y aman a Jesús pero no contestan a mis preguntas de una manera en que yo me siento cómodo. Pienso que el problema reside en mis tradiciones. El declarar que uno debe orar “la oración del pecador”, cuando en realidad este no es un énfasis en el N.T. es mostrar prejuicios teológicos. Desde luego que creo en la necesidad de tener un encuentro personal con Cristo, pero debo ampliar mi propio entendimiento de lo que esto implica. La declaración de fe de una persona y los frutos de su estilo de vida toman prioridad sobre una cierta metodología o teología preconcebida.

            Quiero hacer un breve comentario aquí en cuanto a “fruto”. Mi entendimiento de esto proviene de dos pasajes de Jesús:

1.      El Sermón del Monte – Mt. 7:13-23

2.      La Parábola del Sembrador – Mt. 13:1-24; Mr. 4:1-20; Lc. 8:4-15

El “fruto” no es el camino de la salvación, sino la evidencia de una verdadera conversión (ver Stg. 2:14-26). ¡Si no hay fruto, es que no hay raíz! ¡La vida eterna se manifiesta en características que se pueden ver!

 

También quiero hacer otro comentario teológico acerca de probar con textos bíblicos algunos de los métodos inapropiados para evangelizar usados por los evangélicos:

1.      El usar Ap. 3:20 como una invitación para la salvación inicial cuando en realidad es parte de las cartas a las siete iglesias (Ap. 2-3).

2.      El usar el “Camino Romano” como “la” manera de ser salvo. Los primeros tres versículos usados:

a.       Ro. 3:23

b.      Ro. 6:23

c.       Ro. 5:8

Sí resumen el mensaje del evangelio, pero la unidad literaria de Romanos capítulos 1-8 no tiene un versículo que mencione el “encuentro inicial”, así que lo que hacemos es “brincar” a la siguiente unidad literaria de Romanos que es “¿Por qué no ha creído Israel el evangelio?” (Ro. 9-11) y citamos Ro. 10:9-13 como el acto concluyente en “el” plan de salvación.

Algunos aun declaran que, debido a Ro. 10:9-13, debe ser hecha una oración hablada (es decir, Ro. 10:9).

3.      O como se mencionó anteriormente en este Tema Especial, hacemos de “la oración del pecador” (idea que probablemente es tomada de la Parábola del Fariseo y del Pecador, ver Lc. 18:9-14) “el modelo” para toda salvación.

Nuevamente, deseo afirmar la necesidad de tener “un encuentro” con Cristo, pero pienso que puede ser de muchas maneras. Puede ser:

1.      Un momento especial de revelación

2.      Un momento especial de adoración (como al escuchar un testimonio o al cantar un himno)

3.      Una crisis en la vida

4.      Un encuentro a través de un sueño

5.      Ciertamente el orar es una manera válida

6.      Y muchas otras maneras posibles

¡Dios está buscando la más pequeña respuesta para inundarnos con Su gracia y salvación!

 

La salvación es la voluntad de Dios para todos los seres humanos (ver Jn. 1:12; 3:16; 1 Ti. 2:4; 4:10; Tit. 2:11; 2 Pe. 3:9; 1 Jn. 2:2; 4:14) hechos a Su imagen para compañerismo (ver el Tema Especial: El Plan Redentor Eterno de Yahvé). La vida de Jesús, Sus enseñanzas, y Su muerte fueron el pago por el pecado y la rebelión de la humanidad (ver Ro. 1-3). Hoy, la invitación abierta es para ¡“todos”, “alguno” o “todo aquel”!  El trabajo del Espíritu es atraer a los humanos pecadores a reconocer su necesidad y reconocer la provisión de Dios en Jesús, al mismo tiempo que demanda: (1) una definitiva decisión personal (es decir, una decisión de la voluntad) y (2) un estilo de vida distinto.

      El evangelio no es difícil, engañoso ni confuso, ¡sino disponible, entendible y abierto a todos! Los discípulos son aquellos que:

1.      Escuchan

2.      Entienden

3.      Responden

4.      Obedecen

5.      Permanecen o continúan (ver el Tema Especial: Perseverancia)

Que Dios perdone la arrogancia denominacional y las barreras hechas por el hombre, ¡pero que también el “escándalo exclusivista” de Juan 10:1-8; 14:6; Hechos 4:12 y 1 Timoteo 2:5 sea proclamado a todos! Todos pueden venir y pueden hacerlo de distintas formas, pero todos deben venir a través de Cristo y vivir en Él (es decir, ¡ser transformados, ver Mt. 28:20!). Existe solo una puerta, pero está abierta de par en par (ver Hechos 14:27; Col. 4:3; Ap. 3:7-8) –“mas todos”, “para que todo aquel”, pueda entrar!

 

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